MILÁN, LUZ Y ELEGANCIA.
Bajo fachadas esculpidas y arcadas doradas camina sola, envuelta en un chaleco de piel bordado, una larga falda calada y un bolso de una artesanía extraordinaria. Cada detalle revela la atención puesta en la emoción y la intimidad de un vestuario concebido para realzar cada momento. Un estilo a la vez romántico y firme, piezas que recorren la ciudad y el tiempo, dejando tras de sí un encanto que perdura incluso cuando el viaje se desvanece.